Pensaba en un versículo relacionado a lo
recibido anoche y la misma Palabra te lleva por los caminos que Dios
llevarte. Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le
pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe
siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque
no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con
ustedes y estará en ustedes. No los voy a
dejar huérfanos; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me
verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes
vivirán. En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi
Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes. ¿Quién es el que me ama? El que
hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él (Juan 14:15-21 NVI).
Cuántas promesas y verdades que se hacen vida en nosotros, de las
cuales hay que diferenciar entre la morada del Espíritu, permanencia en
nosotros y la LLENURA de Él. La morada permanente del Espíritu no es
sólo para algunos pocos creyentes, sino para TODOS. El Espíritu Santo es
un regalo para todos los creyentes en Jesucristo sin excepción, y no
existen condiciones para tenerlo, excepto la fe en Jesucristo: " En el
último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó:
—¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en él. Hasta ese momento el Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había sido glorificado todavía." (Juan 7:37-39 NVI).
El Espíritu Santo es dado a los creyentes como un “primer depósito” del pago total, o una “garantía” de su futura glorificación en Cristo: nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.(2 Corintios 1:22).
Esto contrasta con la orden de la llenura del Espíritu que encontramos en Efesios 5:18: "No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu" (NVI). Así como el Espíritu Santo mora dentro de cada creyente, Él puede ser contristado: "No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención" (Efesios 4:30) y Su actividad dentro de nosotros puede ser apagada: "No apaguen el Espíritu" (1 Tesalonicenses 5:19). Cuando permitimos que esto suceda, no experimentamos la llenura del Espíritu Santo fortaleciendo y trabajando en y a través de nosotros. El ser lleno con el Espíritu implica darle a Él la libertad para ocupar cada parte de nuestra vida, guiándonos y controlándonos. Entonces Su poder puede ser ejercido a través de nosotros, para que lo que hagamos sea un fruto para Dios. La llenura del Espíritu no se aplica solamente a hechos externos; también se aplica a los pensamientos más íntimos y los motivos de nuestros actos. El Salmo 19:14 dice, “Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.” (NVI).
El pecado es lo que nos impide concretar la llenura del Espíritu Santo, y la OBEDIENCIA a Dios es lo que mantiene Su llenura. Aunque nuestra meta sea cumplir con lo exhortado en Efesios 5:18, no es sólo el orar por ello lo que nos llena del Espíritu Santo. Es nuestra obediencia a los mandatos de Dios lo que permite la libertad del Espíritu para trabajar en nosotros. Creo que hoy tenemos bastante tarea por delante, más allá de poner en práctica los versículos mencionados. Mi oración de hoy es que, tanto tú que has llegado hasta este punto de la lectura como yo, seamos llenos, sabiendo y conociendo ya cuáles son las condiciones para que ello suceda. Que tengas un bendecido día y puedas ver la línea de la meta próxima y no solo eso, sino que podamos cruzarla juntos. Recordá que te quiero. Abrazote!
P.D: me quedé pensando que muchas veces decimos y leemos la palabra "exhortar". Según el Diccionario de la RAE significa "Inducir a uno con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer alguna cosa"
—¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en él. Hasta ese momento el Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había sido glorificado todavía." (Juan 7:37-39 NVI).
El Espíritu Santo es dado a los creyentes como un “primer depósito” del pago total, o una “garantía” de su futura glorificación en Cristo: nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.(2 Corintios 1:22).
Esto contrasta con la orden de la llenura del Espíritu que encontramos en Efesios 5:18: "No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu" (NVI). Así como el Espíritu Santo mora dentro de cada creyente, Él puede ser contristado: "No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención" (Efesios 4:30) y Su actividad dentro de nosotros puede ser apagada: "No apaguen el Espíritu" (1 Tesalonicenses 5:19). Cuando permitimos que esto suceda, no experimentamos la llenura del Espíritu Santo fortaleciendo y trabajando en y a través de nosotros. El ser lleno con el Espíritu implica darle a Él la libertad para ocupar cada parte de nuestra vida, guiándonos y controlándonos. Entonces Su poder puede ser ejercido a través de nosotros, para que lo que hagamos sea un fruto para Dios. La llenura del Espíritu no se aplica solamente a hechos externos; también se aplica a los pensamientos más íntimos y los motivos de nuestros actos. El Salmo 19:14 dice, “Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.” (NVI).
El pecado es lo que nos impide concretar la llenura del Espíritu Santo, y la OBEDIENCIA a Dios es lo que mantiene Su llenura. Aunque nuestra meta sea cumplir con lo exhortado en Efesios 5:18, no es sólo el orar por ello lo que nos llena del Espíritu Santo. Es nuestra obediencia a los mandatos de Dios lo que permite la libertad del Espíritu para trabajar en nosotros. Creo que hoy tenemos bastante tarea por delante, más allá de poner en práctica los versículos mencionados. Mi oración de hoy es que, tanto tú que has llegado hasta este punto de la lectura como yo, seamos llenos, sabiendo y conociendo ya cuáles son las condiciones para que ello suceda. Que tengas un bendecido día y puedas ver la línea de la meta próxima y no solo eso, sino que podamos cruzarla juntos. Recordá que te quiero. Abrazote!
P.D: me quedé pensando que muchas veces decimos y leemos la palabra "exhortar". Según el Diccionario de la RAE significa "Inducir a uno con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer alguna cosa"
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