lunes, 4 de marzo de 2013

Me siento débil, estoy fallando?

Y El me ha dicho: "Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad." Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
2 Corintios 12:9 (La Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 Lockman)

Haz tenido esa sensación de sentir que dejas de lado tu bendición por seguir aquello que te aleja de tu propósito? Todos tenemos debilidades, fallas y limitaciones.
Debemos aceptarlas y reconocerlas ante Dios y ante nosotros mismos. Sólo con disposición Dios podrá actuar para modificar nuestra situación.
Dios dice “porque mi poder se perfecciona en la debilidad” Y aparece allí diciéndonos que nos ama, y que es poderoso, que todo es posible si puedes creer que él es Dios y que en nuestras fuerzas nada podremos lograr.
Las situaciones difíciles, aquello que nos inquieta, lo que no produce paz, nos entristece o incomoda, es un instrumento para que Dios se glorifique en nosotros y podamos reconocer que Él está por encima de nuestras debilidades, presto a sacarnos de la olla en que nos hemos sumergido “cocinándonos en nuestro propio caldo” (Pastora Cristina Herrera) dando vueltas en el círculo de consecuencias que nuestra mala decisión o acción han provocado por no haber actuado “como Él” lo hubiera hecho.
Surgen los “por qués”, los autocuestionamientos que, por más que busquemos, tienen una sola y simple respuesta: La situación emerge debido a que nos alejamos de Dios y tuvo que haber un dolor, "aguijón" (2 Cor 12:7 (*)) para recordarnos que sin Él nada somos. Para evitar que nos exaltemos desmedidamente y exista una comunión con Dios y podamos sentir que siempre dependeremos de Él. Su gracia y poder reposan en cada uno de nosotros, por ello hagamos de buena gana lo de Pablo: “me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
Ahora bien, llega el momento de sincerarnos, pararnos frente al espejo y mirarnos interiormente para reconocer aquellas que pueden ser “mis debilidades”: mentiras, agresividad, obsesiones, ansiedad, pereza, intolerancia, irresponsabilidad, codicia, egoísmo, soberbia, arrogancia, murmuración, depresión, temor, desorden, crueldad, ociosidad, venganzas, apatía, envidia, antipatía, timidez, inseguridad, hipocresía, cobardía, lujuria, infidelidad, compulsión, pesimismo, avaricia, terquedad… la lista puede seguir y tal vez te identifiques o no con alguna de ellas. Si la estás viendo y puedes reconocerla, el PODER DE DIOS ESTÁ PERFECCIONÁNDOSE EN ELLA.
Por último, tratemos en lo que va del día en perfeccionarnos, sobre todo, en amor:
"En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano."
1 Juan 4:17- 21
Que tengas un bendecidísimo día en el cual podamos practicar esto que leímos y, por sobre todo, Él pueda glorificarse en nuestras debilidades. Primero, recordá que te quiero. Segundo, estoy orando por vos.

(*) Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; (2 Cor 12:7)

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