Hace días que he estado reflexionando sobre una imagen que motivó el escrito de hoy, y más allá de las aventuras y desventuras diarias, he dejado pasar un tiempo antes de volver a las andadas. Pero quién dijo que todo está perdido... Mercedes Sosa dijo lo suyo en su canción, pero prefiero citar que hay alguien mayor que "da vida" y la "da en abundancia". Nuestro Señor Jesucristo dio, da y dará mucho más que su corazón.
¿Quieren ver la imagen de la que comentaba líneas atrás? Es esta:
A cada paso que damos, y en cada ámbito, por cada situación y momento, Dios nos habla. Solo hay que estar atentos a su voz o a las señales. Pero no quedarse detenido en las señales sino que, como con un auto en marcha, hay que seguir la ruta, continuar por el camino sobre sus huellas y fundamentados en aquello que "es lumbrera a nuestros pies": SU PALABRA. (Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105).
Por ello la enseñanza que transcribo desde un sitio que me pareció importante compartir, es la siguiente:
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad. (Gálatas 6: 2-5)
Leo esto y sigo mirando la fotografía: ¿Cuál de los dos personajes está más feliz?¿Quién, por personificarlo de alguna manera, sonríe menos?¿tiene sentido compararlos, o dan ganas de imitarlos?
Más allá de lo que podamos sentir, hay mucho para "hacer", y he aquí un gran bosquejo para determinar algunos puntos de acción que se desprenden de los versículos anteriores:
A. Sobrellevad, "soportar como una carga", ayudar a otro a llevar una carga. Somos miembros unos de otros. Cuando un miembro padece, los demás sufren con él (1 Cor. 12:26,27). La carga del hermano del v. 1 es muy pesada y lo está destruyendo. Es necesario ayudarle para que pueda vencer sus debilidades.
B. Los unos ... los otros. Hermanos espirituales deben estar muy dispuestos a "sobrellevar" la carga de su hermano. Hay que ayudarle a soportarla. Pablo dice repetidas veces "unos y otros". Nuestra relación con Dios depende de nuestra relación unos con otros.
C. El v. 2 se explica en el v. 1. No con-viene aislar el v. 2 y aplicar esta exhortación a otros asuntos. Es verdad que hay muchas "cargas" y de distintas clases, pero en este texto el sobrellevar las "cargas" de otros hermanos se explica en el v. 1. Las "cargas" son las enfermedades espirituales y sus consecuencias (la tristeza, la vergüenza, el remordimiento). Si somos espirituales y restauramos con espíritu de mansedumbre al hermano caído en transgresión recordando que también nosotros podemos caer, entonces de esa manera sobrellevamos las cargas de otros hermanos.
D. Cumplid la ley de Cristo. Esta frase da énfasis a lo serio del asunto de restaurar hermanos caídos. Los que poseen las cualidades necesarias y llevan a cabo esta obra cumplen la ley de amor enseñada por Cristo (Gál. 5:14; Jn. 13:34,35; Sant. 2:8). Llevan a cabo la obra de Cristo de salvar almas. Sant. 5:19,20, "Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados". El que practica esto hace la obra de Cristo.
Cada Uno Someta a Prueba Su Propia Obra.
A. ¿Por qué? ¿Por qué dice Pablo que cada uno debe someter a prueba su propia obra? ¿Qué tiene esto que ver con lo que acaba de decir? Cada miembro debe examinar su propia vida ante el espejo de la palabra (1 Cor. 11:28; 2 Cor. 13:5; Sant. 1:25). Cada miembro debe examinar con cuidado su propio corazón, su carácter, su obra, su conocimiento, y hacer una evaluación adecuada de sí mismo antes de examinar al hermano. Si no lo hace, es imposible que ayude al hermano, y si lo hace reconocerá que tiene flaquezas y debilidades. Posiblemente encontrará alguna transgresión de la cual no se ha arrepentido. Por lo menos se acordará de transgresiones pasadas y aunque sean perdonadas servirán para que se humille y sea más tolerante hacia otros sus hermanos.
B. Tendrá motivo de gloriarse. Si el examen de la propia vida ante el espejo de la palabra de Dios indica que en verdad uno es aceptable delante de Dios, bien. 2 Cor. 1:12, "Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros". Pero el que tiene concepto errado de sí mismo (v. 3) será decepcionado.
C. Sólo respecto de sí mismo. Encontrará en sí mismo una fuente de puro gozo y no dependerá del aplauso de otros. No tendrá gozo por haberse comparado con otros (Luc. 18:9-12; 2 Cor. 10:12). No será feliz solamente cuando sonrían otros, ni miserable cuando éstos no le aprueben. Tendrá, como Pablo, la aprobación de una conciencia limpia. Pero el que tiene más alto concepto de sí que el que debe tener depende del aplauso inconstante de otros.
D. Cada uno llevará su propia carga. ¿Choca el v. 5 con el v. 2? En el v. 2 Pablo dice, "Sobrellevad los unos las cargas de los otros", pero en el v. 5 dice que "cada uno llevará su propia carga". El v. 5 significa que cada quien -- el hermano sincero y fiel o el hermano orgulloso y arrogante -- tendrá que aceptar la consecuencia de su clase de vida. Cada quien será juzgado por lo que es en realidad.
Como una conclusión de estos puntos, separé los siguientes apuntes:
Siervos inútiles somos. Los miembros fieles del cuerpo de Cristo son útiles para el Señor (2 Tim. 2:21), pero es por la gracia de Dios ("por la gracia de Dios soy lo que soy", 1 Cor. 15:10). Nadie puede jactarse (1 Cor. 1:29). Aunque seamos fieles, de todas maneras estamos conscientes de muchas flaquezas y tenemos que luchar diariamente contra la carne. Siempre debemos ser "pobres en espíritu" (Mat. 5:3). Con esta actitud no será difícil obedecer lo que Pablo dice en Gál. 6:1,2. Recuérdese la advertencia del v. 3, "el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña".
Mi oración de hoy, es que en principio nos embargue un espíritu mayor de oración y obediencia para poder cumplir con estos preceptos, y primeramente sea yo quien pueda sobrellevar tus cargas. Y en ese momento de debilidad del cual todos somos objeto, seas tú quien esté dispuesto a sobrellevarla conmigo. Unidos y en comunión. Que tengas un bendecido y hermoso día!
La próxima entrega tendrá que ver con una premisa que nuestra Pastora Cristina Herrera suele pronunciar: "Que nuestra transformación no sea en oruga". ¿Lo has escuchado?... hasta entonces!
http://waynepartain.com/Sermones/s4717.html
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